En ocasiones necesitamos crear algún tipo de efecto de pulverizado en un dibujo, con muchas gotas y salpicones. Este tipo de truco va muy bien para fondos, efectos de suciedad, lluvia o cielos. Los mejores resultados los conseguiremos con un aerógrafo o spray de pintura, pero si no tenemos, aquí va el truco: con un cepillo de dientes viejo. La forma de usarlo es:
- Aplicamos el color sobre las cerdas del cepillo, pero solamente sobre la punta para conseguir gotitas pequeñas. Si queremos salpicones más grandes e irregulares cubriremos por completo la punta del cepillo.
- Con un objeto duro y recto, como por ejemplo un lápiz, un cutter o un cuchillo, frotaremos los pelos de delante hacia atrás. Así saltará la tinta salpicada en un efecto interesante de pulverizado.
- Es conveniente realizar pruebas antes de aplicar este truco sobre el trabajo final.
- No es aconsejable volver a utilizar el cepillo para su uso original: los dientes!!

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